En 1995 la sociedad sueca se conmovió
porque su Viceprimera ministra, Mona Sahlin, fue sorprendida por un desvío de
recursos públicos para fines personales a través del diario sueco Expressen
como nota principal. ¿les suena algo parecido por aquí ? pues sigan leyendo...
En efecto, Sahlin tuvo la osadía de
utilizar su Riksdag credit card (tarjeta corporativa para altos servidores
públicos) para la compra no prevista en el presupuesto ni en la ley de dos
barras del chocolate Toblerone por la cantidad equivalente a 35 dólares con 12
centavos. Esto fue conocido como el Caso Toblerone con consecuencias gravísimas
para la vida pública de Sahlin quien fue obligada a dimitir de su candidatura
al cargo de Primer Ministro de Suecia, a su cargo vigente de Viceprimera
ministra y legisladora y a estar fuera de la actividad pública por toda una
década.
Escribió un libro un año después
titulado Med mina ord (con mis propias palabras) para justificar el por qué
había cometido esa grave falta en busca de la comprensión y el perdón de la
sociedad sueca.
Distintas encuestas en Suecia hechas
por la Universidad
de Estocolmo y el Partido Social Demócrata sueco a lo largo de 1995 y 1996
revelaron que el acto de Sahlin fue un “abuso de confianza” y fue percibida
como una política “poco transparente, insegura y no confiable”. En otras
palabras, en Suecia el problema no fue (no es) la cantidad de la apropiación de
recursos del erario para fines distintos a los previstos en la ley por un
servidor público, sino el acto en sí mismo, el cual puede, como en el caso
comentado, erosionar la confianza pública. La intolerancia a la corrupción
cualquiera sea su origen, tamaño e intencionalidad ha hecho que en Suecia la
sociedad pague uno de los más altos porcentajes de impuestos porque sabe – y lo
puede verificar- que lo que paga se traduce en mejores escuelas, vialidades,
hospitales, programas sociales que, en suma, mejoran su nivel de vida.
No hace falta añadir más palabras.
En este país todo es presunto. Y así nos va. En Suecia también tienen leyes y también se presume la inocencia hasta que no se declare lo contrario, pero si mientes, te llaman español, si robas, te llaman español, si choriceas, te llaman español y además te aislan, te rechazan como un apestado allí donde vas, tus amigos dejan de serlo, y se convierte en un estigma para tí y para tu familia. ¿porqué tanta diferencia? ¿Por la educación recibida desde niños?, ¿porque es una sociedad donde todos dependen de todos y donde la confianza que se deposita en el Político es sagrada? ¿porque son y trabajan en un Equipo donde todos dependen de todos?
ResponderEliminarEstimado Miguel Rodriguez ;cualquier modificación de la conducta se debe de hacer desde la autoestima.Espero que Utd. ,como yo y millones de españoles no sea deshonesto y corrupto.Es cierto que tenemos un gran trabajo por delante ,pero debemos afrontarlo con rigor y valor.Sobre todo alejados de esa fácil y perniciosa ironía que tanto dificulta el hacer "masa" para encontrar soluciones a problemas tan importantes como lo es la corrupción
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