jueves, 29 de agosto de 2019

En busca de la realidad perdida


Hiperrealidad y creación de las noticias falsas.


Hace poco me envió mi hijo un correo animándome a comentar un tema en este blog. Se trataba de una noticia aparecida en el periódico  EL PAIS sobre un caso curioso que unía el conflicto Israel/Palestina con los MEDIOS (en este caso un programa de TV), y la Hiperrealidad como la incapacidad de la sociedad de distinguir la ficción de la realidad que tan bien aborda Jean Baudrillard entre otros.





Y se preguntaba cuántos de estos “pasteles” no se han descubierto todavía.




Antes de nada adelantarles que este artículo no ofrece una solución mágica al conflicto Israel/Palestina. No es mi intención. Se trata más bien de realizar una reflexión sobre la “normalización” de la hiperrealidad; de la eliminación de la realidad y su sustitución por otras de acuerdo con determinados intereses, donde la mentira, el engaño, el rumor,  conforman el caldo de cultivo de la información de determinados MEDIOS. Y aventurar el origen y las consecuencias que ello conlleva.


No me importa que me mientan.



Durante la campaña electoral de EEUU, las noticias falsas tuvieron más interacciones (comparticiones, reacciones y comentarios) en Facebook que las verdaderas. Este dato lo refuerza Buzzfeed con un análisis más preciso: de los 22 millones de interacciones que generaron las fake news en 2016, la mitad tenía que ver con la batalla final entre Trump y Hillary Clinton.

Hace tiempo que los MEDIOS saben que lo que realmente atrae a su público, el mensaje que nos fideliza, es el que nos llega al corazón y no (tanto) a la cabeza. No importa que sea razonable o no, verdadero o falso. Lo importante es  que lo que me transmitan, esté en consonancia con mi forma de entender el mundo. Y ahí, lo compro todo. 


Llegados a este punto, cuando nos ofrecen lo que deseamos porque coincide con nuestra forma de entender el mundo, cuando lo compramos “todo”, nos convertimos en personas más tolerantes con las mentiras y con las medias verdades. Somos menos escrupulosos con los HECHOS, con la información contrastada, con la búsqueda de la VERDAD. No realizamos un mínimo esfuerzo para analizar y verificar la información que recibimos, y en consecuencia, estamos condenados a vivir permanentemente ignorantes. En definitiva, no nos importa que nos mientan, siempre que sean las mentiras que deseamos.



Roger Ailes




Roger Ailes fue el hombre que colocó en la Casa Blanca a Richard Nixon, Ronald Reagan, George Bush padre, George Bush hijo y Donald Trump; fue el hombre que creó Fox News, una máquina formidable de agitación y propaganda conservadora; fue el hombre que hizo de las fake news un arte; fue el hombre que demostró que en el éxito político pesan poco las ideas y mucho la crispación y el espectáculo. 

Su teoría sobre la comunicación política quedó resumida en una frase célebre: “Tienes dos tipos sobre un escenario. Uno de ellos anuncia una solución para los problemas de Oriente Próximo. El otro se cae en el foso de la orquesta. ¿Cuál de los dos crees que aparecerá en el telediario de la noche?”.  


Ailes detectó el flanco más débil de la prensa tradicional: el “elitismo” como él los llamaba. Los medios que (con mayor o menor éxito) intentan ser rigurosos y fiables,  se dirigen a una élite. Es así. Solo una pequeña franja de la sociedad está realmente interesada en la información; la gran mayoría prefiere consumir un tipo de info-espectáculo que se adapte a sus prejuicios y el entretenimiento.

A través de Fox News,  Roger Ailes socavó de forma casi fatal la credibilidad de la prensa tradicional en USA. Sin un referente comúnmente aceptado, la realidad se hizo maleable. Dejaron de existir la verdad y la mentira: todo son ya simples opiniones. Fox News a través de Ailes se convirtió en una gran máquina corruptora de noticias.



En este sentido, muy interesante el documental “Divide y vencerás. La historia de Roger Ailes”. También, cómo no, lo tenemos en serie: "La voz más alta” con Russell Crowe como R. Ailes.


Mi relación (endogámica) con los MEDIOS




 Es muy difícil asimilar que todos somos más o menos marionetas de los medios de comunicación. Cada uno de ellos ofrece sus “verdades” y cada uno elige cuál consumir y de cuál nutrirse. Todos sabemos qué es lo que vamos a encontrar según el canal de televisión que veamos, el diario que leamos o la radio que escuchemos. A partir de ahí, ya estamos eligiendo qué realidad queremos ver…”(Agustín Carabelli)


Es verdad que cada uno tiene sus MEDIOS favoritos y resulta curioso el proceso de retroalimentación entre éstos y sus clientes. Cada MEDIO tiene su tendencia política, social, económica, etc..., que va influyendo en sus clientes. Pero también es verdad que los MEDIOS determinan a qué público desean vender su producto y sus mensajes están condicionados por las opiniones que sobre estos mismos aspectos poseen el grupo de clientes al que va dirigido. En esta relación endogámica y claustrofóbica, no existe más verdad que la de esta comunión Medios/Clientes. Es decir, la que me cuentan porque es la que yo quiero que me cuenten.



Internet…


Siempre ha sido así, pero desde la irrupción de Internet (periódicos, radios, TV, YouTube, Facebook, Twitter, Instagram etc.), todo este estado se ha acelerado, produciendo que:



§  Existan muchos más medios y canales. 


§  La distribución de las noticias es más barata.



§  Las noticias se distribuyen mucho más rápido.

§  El ámbito es global.

§  Todos podemos crear opinión

§  A través de nuestras opiniones, comentarios e interacciones, somos mejor conocidos


Y en consecuencia:

§  La información es de peor calidad. Información poco contrastada.

§  La información es tendenciosa. Solo interesa el target de clientes a los que va dirigido.

§  Demagógica. La rapidez obliga a dar soluciones fáciles a problemas difíciles. El Populismo utiliza este tipo de mensajes muy eficaz entre la población menos informada.

§  Los Medios se convierten en “creadores” de realidades. (Al servicio de determinados intereses)

§  No interesa tanto la realidad, sino la “representación” de ésta. El ejemplo más claro, los programas de Tele-realidad.

§  Cualquiera puede crear noticias falsas que se distribuyen rápidamente y de forma Global.



…que todo lo acelera y degenera. Las nuevas armas de destrucción masiva.




El elemento que acelera todo el proceso de degeneración de la información es Internet y sus plataformas de acceso a esta información. Si ya teníamos MEDIOS que no tenían inconveniente en jugar con las noticias, en informar rumores, en trabajar solo con opiniones, o simplemente en mentir descaradamente, ahora les ofrecemos algo que no tenían hasta ahora: nuestras opiniones, nuestros sentimientos, nuestros anhelos, nuestras dudas, nuestros deseos. TODO. Gracias a Facebook, Twitter, Instagram, YouTube etc. 


Y el conocimiento de nuestros “perfiles” es el gran salto cualitativo en el proceso de comunicación de masas. Porque da paso a la  siguiente etapa: que es su uso para un FIN MAYOR: un fin generalmente de poder político, un fin geoestratégico, un fin económico.


En mi opinión, ésta es sin duda una nueva forma de corrupción de la información, pero más sofisticada y peligrosa por sus consecuencias. El problema se acentúa cuando observamos que detrás de esta corrupción de noticias,  se encuentran determinados  intereses políticos, económicos o los propios Gobiernos.

La información (desinformación) se convierte en un arma nueva de lucha contra el enemigo.
Hoy por ejemplo, nadie duda de la influencia que tuvieron las noticias falsas en las elecciones de Trump como presidente. Parece más que probado que el origen de estas falsas noticias procedían de Rusia. 
Preparando las elecciones de Mayo del 2019 al Parlamento Europeo, la UE era consciente de esta circunstancia. La sufrió ya en el referéndum del Brexit, donde no quiso reaccionar (quizás a petición de Cameron y por no interferir en asuntos internos) ante las exageraciones, desinformaciones, trampas, autoengaño, quimeras y mentiras que se estaban emitiendo. En este sentido, varios nombres: Dominic Cummings como cerebro estratega o desinformador mayor del Brexit,  el equipo de Cambridge Analytica (a través de AggregatelQ) como herramienta de información base para dicha estrategia. Y finalmente Robert Mercer, norteamericano, accionista y creador de CA y también uno de los principales donantes a las causas políticas conservadoras. Es la mano que mece la cuna conservadora.
Por todo ello, la UE y pensando no solo en Rusia, creó grupos de trabajo para luchar contra la desinformación. Un responsable de estos grupos llegó a la siguiente  conclusión al respecto: “La desinformación forma parte de la doctrina militar de Rusia. Su objetivo es crear una atmósfera de confusión y cinismo en la que existan tantas narrativas diferentes que al final no se pueda distinguir qué es verdad y qué no. Así, socavan los valores y la democracia occidentales”
Hoy en día, ante cualquier proceso electoral es necesario por tanto, garantizar el acceso a información real, información contrastada, luchando contra las mentiras, prejuicios, los bulos, los rumores. Nos jugamos demasiado en ello.



La banalización de la Realidad





En su libro sobre la Hiperrealidad, Jean Baudrillard trata la banalización de la REALIDAD.


“El mundo contemporáneo es un simulacro, donde la realidad ha sido reemplazada por imágenes falsas, a tal punto que no se puede distinguir entre lo real y lo irreal. La hiperrealidad difiere de otras realidades en que la división entre realidad e imaginario desaparece.”  


“…En la hiperrealidad, los simuladores (MEDIOS) buscan hacer que toda la realidad coincida con sus modelos de simulación. El resultado es que lo real ya no es real...”

(Los Medios como “creadores” de realidades).

Y continúa: “… Todos los criterios humanistas de valor, desde la moralidad hasta la verdad y la estética, desaparecen, porque el código descansa en la indiferencia y la neutralización. Estamos viviendo un colapso de significado. Por lo tanto, el sujeto responsable se encuentra en una situación similar de crisis.”


No sería descabellado pensar que esta indiferencia con la que los consumidores de MEDIOS nos acercamos a la noticia, sea quizás provocada precisamente por aquéllos. Existe hoy en día tanta información y tan diferente sobre un mismo hecho, que la búsqueda de la verdad se vuelve en ocasiones, un proceso excesivamente laborioso. Y llegando a este punto, qué mejor que abandonarnos y cobijarnos en nuestros MEDIOS de consumo habitual donde nos encontramos cómodos y que nos ofrecen solo las noticias que queremos leer, escuchar o ver. (Ya sea un periódico determinando, un canal de TV, YouTube, Twitter, Facebook etc.).  
De nuevo esta relación claustrofóbica con los medios es el caldo de cultivo para la manipulación de nuestras ideas, juicios y opiniones. En definitiva, de “nuestras verdades”. Nosotros no somos ajenos al problema, formamos parte de él. Quizás por desidia, quizás por ofrecer demasiada información en redes que creemos gratis. No, definitivamente no somos inocentes.



Epílogo




Y es cierto que hoy en día es más difícil buscar y encontrar la realidad. Pero es un esfuerzo que merece la pena para quien desee estar informado. Empecemos siempre intentando buscar hechos y solo hechos (Qué, cómo, cuándo, dónde), dejando aparte opiniones, rumores, creencias etc. Y debemos buscar esos hechos no solo en nuestros MEDIOS de cabecera. En todos.  Llegar a conocer qué ha ocurrido es básico.  Luego ya aportaremos nuestras creencias, opiniones y convicciones fruto de nuestra visión del mundo, para ofrecer una opinión sobre orígenes y consecuencias de los hechos (nuestras VERDADES). 


Pero siendo conscientes de que si bien los primeros son hechos objetivos (indiscutibles), los segundos son meras opiniones, relatos e interpretaciones que hacemos y donde podemos o no coincidir con los demás. Crecer como personas implica no solo la búsqueda de hechos y su análisis crítico, sino también asumir que quizás solo alcancemos a tener verdades parciales.